martes, 23 de enero de 2018

Fotos a nuestros hijos: ¿Las comparto o no las comparto?









Todo comenzó hace unas semanas cuando un adolescente demandaba a su madre por subir fotos suyas a las redes sociales. Puedes leer la noticia aquí.


Es que las madres somos muy pesadas haciendo fotos a nuestros hijos, ¿no? Quizás porque algunas de nosotras tenemos pocos documentos gráficos de cuanto éramos pequeñas. A mí me hubiera encantado tener grabaciones y videos de todas las cosas que hice de pequeña, a lo que jugaba, las representaciones del cole, los bailes de fin de curso, las clases de flamenco, los partidos de baloncesto, mis recitales, etc... pero no estamos hablando de "los momentos cumbres de nuestra vida" Estoy hablando de la vida diaria.


¿Cuándo es demasiado?


No lo voy a negar; a mí me encanta hacerle videos y fotos a mi hija. Está en esa edad en que todo es gracioso, nunca sabes por dónde va a salir y tiene respuestas para todo aunque a veces no tengan sentido. Los niños son así; ven el mundo de otra manera, con una magia innata, y yo creo que muchas veces los adultos tenemos que contagiarnos de esa magia que hemos ido perdiendo por el camino. 


Existe la gran controversia de personas que casi te queman en la hoguera por subir fotos de tu hijo en las redes sociales. ¿Está bien o está mal? La mayoría te pone el ejemplo de que la foto de tu hijo puede caer en redes de pederastas y seres de esa calaña. Siento deciros a los que pensáis así, que TODOS estamos expuesto a caer en redes de ese tipo porque hoy en día, cualquiera con un teléfono móvil medianamente decente puede haceros fotos (a ti o a tu hijo) en la playa, en el parque, comprando ropa, haciendo la compra, de vacaciones por el mundo, etc... y que vuestras fotos estén subidas en algún servidor clandestino antes incluso de que te de tiempo de llegar a casa. Todo esto sin que hayas subido jamás ninguna foto de tu hijo en las redes sociales.


Nadie está a salvo, nadie, de que nuestras fotos caigan en malas manos. La de nuestros hijos, menos. ¿Qué podemos hacer? ¿Dejo de hacerle fotos? ¿No guardo, entonces, ningún recuerdo de él?
No.
El problema con el ser humano es que muchas veces somos demasiado radicales y parece que se nos da mejor prohibir que educar, aunque luego nos pasemos esas prohibiciones por el arco del triunfo.


Yo creo que el truco consiste en no subir nada que pueda tener una connotación que no es. Yo jamás subiría una foto de mi hija desnuda, por ejemplo. Yo  no veo  nada malo en los desnudos, pero sé que hay gente con la mente enferma que utilizaría esa foto para mal, y como no puedo, no podemos, meternos en la mente del todo mundo para saber qué piensan, vamos a evitar tentar al diablo.


Tengo un instagram, privado eso sí, de mi hija. Solo familiares y amigos cercanos tienen acceso a esa cuenta, y ahí comparto las cosas que va aprendiendo mi hija, cómo evoluciona con la edad, las ocurrencias que tiene, etc. Jamás se me ocurriría, por  muy privado que fuera, subir algo que pudiera ponerla en el punto de mira o que pudiera ridiculizarla. Ella me pide que la grabe, y cuando no quiere, me dice que no. Por muy madre suya que sea, si ella me dice que no le apetece que la grabe (porque no quiere que la saque en pijama ese día, porque no se ha peinado, porque no se ha puesto sus tacones, etc) yo NO la grabo, y respeto así su decisión. 



Entonces, ¿grabo solo los momentos buenos?


Hace unas semanas, se liaba gordísima en una foto en el instagram de Alma Obregón (@alma_cupcakes) Sigo a esta chica desde hace mucho tiempo, porque aunque yo no sea muy amante de la repostería, me encanta verla trabajar, me gusta ella y su actitud ante la vida.
Pues bien, ella nos cuenta la vida de su hijo Bruno, un amor de bebé al que hemos visto crecer y evolucionar. Además, Alma nos cuenta sus experiencias ya no solo a nivel alimenticio, sino con productos y demás cosas. 
Bueno, pues en una de sus fotos, alguien le comentó que creaba falsas expectativas de la realidad a las demás madres.


Hmmmmm. Un momento, ¿qué?


Sí, a la cuenta alguien le echó en cara que Alma hiciera mil cosas al día y todo con una sonrisa y su niño siempre feliz, como si no hubiera momentos malos.
Si leéis a Alma, sabréis que ella no enmascara la realidad. Cuando Bruno le ha dado una mala noche lo dice, cuando ha estado inquieto en un vuelo lo cuenta, y que lleva meses sin  dormir toda una noche de un tirón también lo ha dicho.
¿Es una falsa Alma por no subir fotos de su hijo llorando y de ella desquiciada? Pues no. No nos hace falta. A mí si ella me dice que ha tenido una mala noche, como madre la entiendo, y no necesito ver ninguna foto para saberlo. 


Yo no me haría una foto estando cabreada, por ejemplo, o llorando por algún motivo, o riñendo a mi hija. Es absurdo pensar, que la gente piense, que esos momentos no existen solo porque no los enseñes. 


Entonces... Si no los enseño soy una falsa porque no es la realidad, y si los enseño, el día de mañana mi hija puede demandarme porque la he sacado siendo un ogro. Y con razón que me demande.


Yo creo, que lo que le hace falta a mucha gente es aplicar el sentido común antes de hacer o decir nada. La actitud con la que afrontemos la vida es la que va a salir en nuestras fotos. Si tú eres una persona amargada, que solo ve lo negativo y que no sabe apreciar todas las cosas buenas que tiene, eso se nota en las fotos. Por el contrario, si aprecias hasta lo más mínimo y te enfrentas al día a día con una actitud buena y positiva, eso se nota el doble en las fotos. 


Y nada más. Esta es mi humilde opinión. Cada uno que haga con sus hijos lo que crea que es mejor para ellos. ¡Y seguid a Alma! Porque es maravillosa y porque vais a aprender muchísimo con ella <3








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