jueves, 25 de enero de 2018

Las obligaciones dejan de ser lo que son cuando se hacen con el corazón.



Domingo lluvioso con mucho frío. He ido a las colonias hace un rato, cuando ha dejado de llover y ha salido con timidez el sol. Los peludis están bien; han comido, se han restregado por mis piernas y han hecho la croqueta.

Al llegar a casa me he encontrado con esta escena y no he podido resistirme para compartirla con vosotros al darme cuenta de lo importante que es la educación de nuestros hijos con los peludis que tenemos en casa.

Esta foto es personal, son mi marido y mi hija, y no es una foto bonita precisamente; ambos están en pijama y limpiando uno de los areneros de los gatos. Y precisamente eso es lo que tiene de bonita esta foto.

Cuando llevamos a un animal a casa, la mayoría de las veces olvidamos las obligaciones que todos (o casi todos) los miembros de la casa deben tener con ese animal. Nos centramos en lo bonito que es, en sacarlo a pasear, en dormir con ellos, jugar, etc, porque esa es la parte divertida, pero la parte "chunga", es la que menos enseñamos pero en cambio es la más importante porque al ser humano nos cuesta mucho hacer las cosas que no nos gusta hacer. A nadie le gusta recoger mierda, limpiar pipí o caca, oler cosas raras y quitar porquería del medio. Pero es que nuestros amigos peludis, a veces nos la lían mortal y hay que estar preparado para todo, tengas la edad que tenga.

Pues bien, tengas 40 años o 4, aprender a cambiar un arenero no está de más, no es algo vergonzoso ni mucho menos, sino todo lo contrario; es un acto de amor hacia un ser que vive contigo, que te ama a su manera, que te alegra la vida y que te ayuda a ser mejor persona.

Los niños son como esponjas, son mágicos, y enseñarles desde pequeños a ser responsables de sus propios peludis es algo maravilloso. Esto no quiere decir que el niño solo va a aprender a recoger mierda, no; está aprendiendo una lección maravillosa que consiste en hacerse cargo de sus propias obligaciones, sean cuales sean en la vida.

Tenemos que hacerles ver a los más peques de la casa que cambiar el arenero, recoger la caca del perro o limpiar sus cuencos de comida no es una obligación sino parte de un aprendizaje, y que, comparado con lo que nos dan los peludis a nosotros, la obligación deja de serlo convirtiéndose así en un acto de amor.

Feliz semana a todos <3
Vive - Ama - Adopta.

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